La andadura iniciada en el siglo XIX
se amplía y se extiende durante el siglo XX y XXI. Actualmente encontramos no
sólo la posibilidad de llevar una cámara con nosotros durante el viaje sino que
en un mismo objeto podemos albergar cámara, música y teléfono.
El rápido e
irrefrenable avance tecnológico convierte al “obrero” en fotógrafo de su propia
“expedición”. Como hemos comentado antes, viajar se ha convertido en una
necesidad vital para el ser humano. Ya no está reservado a élites
económicamente privilegiadas, comerciantes avispados, aventureros favorecidos
por mecenas generosos, o emigrantes en busca de nuevos horizontes. En el siglo
XXI, forma ya parte del modo de vida de la civilización occidental. Los medios
de transporte y sus costes contenidos, nos permiten desplazarnos a múltiples
lugares del mundo en pocas horas, y cada vez una mayor cantidad de personas se
pueden permitir durante sus vacaciones conocer otros países o regiones. A esto
le añadimos la antes nombrada tecnología, también al alcance de la sociedad, y
obtenemos como resultado portales virtuales llenos de fotos de infinidad de
lugares, al igual que el tradicional, aún en algunas familias, álbum de viaje.
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